Teníamos que hablar de ellos, distribuidores – concentradores, o ellas, empresas. No importa cómo nos refiramos a est@s nuevos agentes que operan en el mercado y han revolucionado las prácticas habituales. Yo los/las voy a bautizar, son distribuidores etéreos. Distribuyen un acceso, no un producto, estábamos acostumbrados a los distribuidores de caramelos o de pantalones. De las/los que hablo ni siquiera son distribuidores de un servicio, no son una agencia de viajes que ofrece un billete de avión, son facilitadores. Así se autodefine UBER: “una empresa internacional que proporciona a sus clientes una red de transporte, a través de su software de aplicación móvil, que conecta los pasajeros con los conductores”, es decir no venden ni distribuyen, facilitan, conectan.
Empecemos por reconocer que esta comunicación entre operadores y consumidores es estupenda. Desde hace años existen plataformas que conectan a fabricantes de material promocional, eso que llamamos merchandising, con distribuidores y comercializadores de esos servicios y productos, para empresas demandantes. Empresas que operan, casi en su totalidad, de forma online. Plataformas a las que te adhieres por una cuota anual y puedes efectuar las oportunas consultas y transacciones. Por aquello de no hacer publicidad encubierta no citaré a ninguna de ellas.
Esa comunicación o conexión, que dicen que nos han traído las nuevas tecnologías, ni es nueva ni es fruto de las nuevas tecnologías. Las nuevas tecnologías (TIC) han ampliado, hasta límites insospechados, la velocidad de tratamiento de la información. Las TIC han concentrado los catálogos de búsqueda, de forma tal que puedo visitar muchos sitios al mismo tiempo. Y el avance tecnológico ha hecho que esa consulta y conexión la pueda hacer desde cualquier lugar del mundo y en cualquier momento. Ya lo creo que es un avance.
Para ver lo que había y los avances que se han producido, voy a citar un ejemplo de un producto concentrador del ámbito en el que operan AirBnB, UBER y BlaBlacar. ¿Habéis oído hablar de las guías Trotamundos? Pues las guías Trotamundos te ofrecían, y te ofrecen, información detallada de ciudades o países. Con indicaciones de hoteles, restaurantes, museos, lugares de interés, taxis, cines, etc., etc. El problema es que cada guía solo se refiere a un país o una ciudad y no está siempre al alcance de nuestra mano. Y se basan en la información recopilada por un visitante del lugar o lugares, que previamente ha debido viajar allí. Comparemos y nos damos cuenta que por información no hay novedades, pero por el formato sí, digital y online, por extensión, podemos comparar lugares entre sí, por el coste, los distribuidores etéreos no lo tienen y la guía Trotamundos sí, y por accesibilidad, en cualquier terminal, hacen que los nuevos oferentes estén muy por delante y con un futuro más brillante y prometedor.
Teóricamente, al existir más competencia, los precios disminuyen en beneficio del consumidor y usuario, al menos en una primera etapa desde la aparición de los nuevos facilitadores. De ahí que muchos expertos den vivas a la aparición de estos últimos. Pero vamos a analizar en profundidad los inconvenientes, las ventajas ya nos las venden los operadores y sus agresivos defensores, como ocurre con casi todo hoy en día, lo digo por las defensas agresivas.
Sobre la calidad en la prestación del servicio. Argumentan los defensores que se pueden formular quejas o reclamaciones a los facilitadores, es decir, estos estarían haciendo de autoridades supervisoras. Vamos un proceso de autorregulación que tanto ha gustado al capitalismo de los setenta, los ochenta y los noventa y que tantas noches, tardes y mañanas de gloria nos ha proporcionado, especialmente en el sector financiero y en el inmobiliario, ¿Os suena de algo el caso Volkswagen? Paradigma de la responsabilidad social corporativa que ha dejado huérfanos a muchos defensores de la autorregulación normalizada.
Sobre la contribución a la reducción de costes. No es del todo cierto que este teórico aumento de los competidores haya contribuido a una reducción de costes de los servicios dependientes, lo que se ha producido es una incorporación de prestadores no regulados y no dedicados a la actividad a tiempo completo. Personas que utilizan su vehículo para hacer de taxista ocasional y buscarse un sueldo complementario, bajo cualquier condición, personas que no pueden pagar su vivienda y la alquilan por partes para poder pagarla. Hace muchos años que existían casas que alquilaban habitaciones, con o sin derecho a cocina, y hace más de veinticinco años que viví en Lima el trabajo de profesores universitarios como taxistas ocasionales para complementar su escaso sueldo, en ninguno de ambos casos lo sentí como el avance o progreso de una sociedad. Luego hablamos de las devaluaciones salariales sin pararnos a pensar que muchas de estas incursiones suponen una depresión de las retribuciones de los empleados en trabajos convencionales. Los trabajadores de, por ejemplo, Google no tienen salarios bajos, no han inventado una actividad basada en el “más barato”.
Sobre los beneficios que obtienen. Estos distribuidores etéreos o facilitadores obtienen un beneficio proporcionado por la actividad de los auténticos prestadores del servicio, pero ¿Dónde tributan los beneficios resultantes de los facilitadores? Todo el día andamos quejándonos de las multinacionales que tributan poco en nuestro país gracias a que se localizan en otros países con ventajas fiscales y hablamos de competencia desleal. Visitad la página web de AirBnB, por ejemplo, y podréis comprobar que su sede para Europa, casualidad, está en el país con más bajo impuesto sobre sociedades de la Unión Europea, hablamos de Irlanda.
No me queda más remedio que concluir que para pedir un taxi salgo a la calle y lo hago, eso de tener que buscar uno a través de la red y negociar el precio cada vez me parece tortuoso o ¿no se negocia el precio y ya está prefijado como en los servicios regulados? No me resulta una competencia seria UBER, salvo que surjan más plataformas. Y no veo a los defensores de esta compañía defendiendo la aparición de nuevas plataformas competidoras. Desde luego no en todos los lugares están satisfechos.
Lo que ofrece AirBnB me parece de lo más corriente como negocio, pues pudo tener algún encanto o romanticismo en sus comienzos, pero hoy en día en que hasta el propietario de la cadena de hoteles Room Mate se dedica a ello es una actividad más, de la que disponíamos hace años en España en un terreno cercano y a la que los medios no daban valor, sirvan un par de ejemplos Top Rural o Guía Rural.
El alquiler de coches privados para varios pasajeros en España se usaba desde hace muchos años, yo he viajado en uno de ellos hace varios lustros. No eran especialmente cómodos y costaban más o menos como los autobuses de línea, que así se llamaban entonces. BlaBlacar nos ha traído ahora lo que ya existió en tiempos, solo que no sabemos si cumplen las condiciones de seguridad adecuadas y sorprende que algún usuario diga eso de “estaría muy bien que existiesen algunos puntos de encuentro para la gente que lo usamos”, lo que no nos dice es que esos puntos de encuentro, que tendrían que pagar los usuarios, tienen un coste, claro que usar las gasolineras sale más barato.
Cualquier cosa que aparece no es nueva ni cualquier cosa nuevas es más ventajosa. Solo diré que el número de taxis en España entre 2001 y 2014 ha aumentado en 1.000 unidades, no debe ser tan buen negocio. Y ahora, como de costumbre, a cantar.
salud a tod@s