El otro día estaba hablando con mis amigas sobre nuestros referentes en la música. Habíamos ido a un concierto en el que tocaban varias bandas de estilo punk (o algo parecido, no estoy familiarizada con este estilo) y comentamos que nos daba la sensación de que este mundillo estaba muy masculinizado. Ellas empezaron a enumerar grupos femeninos de toda España, o aquellos en los que algunas integrantes fueran mujeres. Conocían a muchos grupos, pero no recordaban el nombre de varios. Nos dio la sensación de que teníamos que hacer un esfuerzo por enumerar algunos de esos grupos y recordar sus nombres, más allá de “El grupo que tiene a la trompetista que es muy guay”, “El de tal canción”, “A las que vimos en concierto el año pasado”…
Como ilustradora, a lo largo de mis años de formación he conocido el nombre y la obra de numerosos autores. Podría decir muy rápidamente mis autores y cuadros favoritos, los más revisados y recurrentes a lo largo de los años. Pero, cuando me paro a pensar, me vienen a la mente muchas autoras que me han fascinado, pero que no me he topado tantas veces con ellas, por lo que me toma unos segundos más encontrar sus obras en mi mente. No porque no sean buenas, ni porque sean pocas, sino porque su arte no me ha resultado tan accesible ni en los ambientes académicos ni en los museos.
En estos últimos años, sobre todo a través de redes sociales, he descubierto autoras que han despertado en mí cierto remordimiento y enfado: “¡¿Pero cómo no he podido conocer a esta señora antes?!” o “Pero si vi su obra hace un par de años, ¿cómo he podido sacarla de mi cabeza?”. Así que, como un ejercicio personal para acercarlas a los espacios más recurrentes de mi mente, y como un deber moral/artístico, para que las conozcáis o reafirméis si ya las conocíais, os voy a presentar a algunas de mis autoras favoritas. Son seis artistas: cuatro pintoras y dos ilustradoras. Dos están muertas y cuatro vivas (Puede que sea una forma de categorizarlas un poco rara, pero en mi cabeza las tengo ordenadas así):
Dos pintoras fallecidas:
Leonora Carrington
Leonora Carrington (1917-1911) fue una pintora y escultora surrealista. Venía de una familia británica bastante acomodada, así que lo que se esperaba de ella era que fuera una buena señora de su casa, tuviera muchos hijos y cuidara de su marido; no fue así. Tras pasar por varias “escuelas de señoritas” en diferentes ciudades de Europa, se formó en Bellas Artes en Londres. Más tarde, en París, se relacionó con los surrealistas de la época y comenzó una relación con Max Ernst. Cuando comenzó la II Guerra Mundial, llevaron a Max a un campo de concentración, lo que la desestabilizó mucho. Su padre la ingresó en un hospital psiquiátrico en Santander, donde sufrió violaciones y torturas. De nuevo, su padre planeaba trasladarla a otra institución, pero logró escapar gracias a la ayuda de un amigo y se refugió en México.
México fue el lugar donde desarrolló la mayor parte de su obra. Se nacionalizó, se casó y tuvo dos hijos. Creó un mundo onírico y fantástico, lleno de seres imaginarios que representaba en sus obras, cargadas de simbolismo. Le encantaban los caballos, que aparecen recurrentemente en su obra con diversas significaciones: libertad, represión o incluso ella misma. Sus cuadros en ocasiones me recuerdan a los de la pintora Remedios Varo, también surrealista. Se conocieron en París y fueron amigas.
Hilma Af Klint
Hilma af Klint (1862-1944) fue una pintora sueca y pionera del arte abstracto (No, el primero no fue Kandinsky). En 1888 ingresó en la Real Academia Sueca de las Artes, donde desarrolló su talento artístico.
El hecho que marcó profundamente su vida fue la temprana muerte de su hermana pequeña, a los diez años. A partir de ese momento se acercó a creencias alternativas y exploró el espiritismo y las filosofías esotéricas. Tanto es así que formó un grupo de amigas llamadas “Las cinco”, con las que practicaba sesiones de espiritismo. Era una gran retratista y paisajista, lo que le permitió vivir del arte. De puertas para dentro, plasmaba ciertos conceptos y reflexiones místicas en obras abstractas, “Las pinturas para el templo”, unas obras que te absorben, con colores vibrantes y un aura magnética.
En cuanto a la polémica con Kandinsky, se sabe que le envió algunas imágenes de su trabajo a Rudolf Steiner, un hombre al que respetaba mucho, y que le recomendó que no difundiera su obra porque el mundo no estaba preparado. Es posible que Rudolf compartiera esas imágenes con Kandinsky, ya que tenían relación.
Las obras abstractas de Hilma estaban almacenadas en un granero y ella dejó por escrito que 20 años después de su muerte salieran a la luz, aunque finalmente fueron 40.
Dos ilustradores vivas:
María Herreros
La he catalogado como ilustradora, pero también pinta, escribe, hace murales… No sé cómo le gusta categorizarse a ella, o ni tan siquiera si lo hace. María Herreros (1983) es una ilustradora valenciana conocida por libros como “Marilyn tenía once dedos en los pies: y otras leyendas de Hollywood” o “Historia de una niña con pánico a ser mujer”. Se graduó en Bellas Artes en la Universidad de San Carlos, en Valencia, y posteriormente realizó un máster en Ilustración en la ESAT.
Ha trabajado para empresas como Vogue o Kenzo y ha sido publicada en editoriales como Planeta. Su obra incluye tanto retratos de personajes icónicos como escenas cotidianas, y en sus libros ilustra historias como la de Georgia O’Keeffe o la de su abuelo, que era barbero y tuvo que ir a la Guerra Civil Española. Sus ilustraciones son muy coloridas, con una línea suelta muy bonica, y la estructura corporal de los personajes que representa es muy reconocible.
Ilu Ros
Ilu Ros (1985) es una ilustradora y autora murciana. Se graduó en Bellas Artes y en Comunicación Audiovisual en la Universidad de Granada. Se fue unos años a Londres, como muchos jóvenes que han intentado buscarse la vida por ahí. Pasado un tiempo, conectó con lo que le gustaba hacer: contar historias e ilustrar.
Años después, trabaja como ilustradora y sus obras han aparecido en publicaciones como Vogue o El País. Ha ilustrado y escrito varios libros, entre ellos “Cosas nuestras” o “Federico”. Fue nombrada Murciana del Año por el periódico La Verdad en 2021.
Vino a la Escuela de Arte de Murcia cuando era estudiante, nos dio una charla sobre su trayectoria y obra. Me encantaron sus procesos creativos y cómo descompone las escenas o personajes en líneas enroscadas y texturas que contrastan de una forma muy armoniosa con blanco o colores planos.
Dos pintoras vivas:
Honeiee
Harmonía Rosales, cuyo pseudónimo es Honeiee, es una artista afroamericana nacida en Chicago en 1984. Fue a la universidad de Glenville State College en Virginia Occidental. Siempre tuvo un gran interés por las obras del Renacimiento y quiso interpretarlas incluyendo a personajes negros para dignificar y representar mejor a su comunidad.
Su intención es desplazar como figura estándar en el arte clásico al hombre blanco eurocéntrico. Para ello, crea imágenes que te hacen cuestionarte, por ejemplo, ¿por qué la pureza tiene que ser representada por una mujer blanca y caucásica?. A través de sus pinturas no solo pone en el centro a un colectivo que se suele situar en los márgenes, sino que permite resignificar nuestro imaginario y reconstruir de una forma más amplia lo que es la belleza, los cánones, lo puro…
Por motivos obvios, me impactó mucho conocer la obra de esta artista. Creo que el primer cuadro suyo que vi fue el «Nacimiento de Venus» y me encantó ver la belleza con la que retrata a mujeres negras y lo bien pintadas que estaban las pieles (A veces he visto obras de artistas blancos en las que las pieles de la gente negra están bastante regu…)
Sasha Gordon
Sasha Gordon es una artista neoyorquina nacida en 1998, hija de un padre judío y una madre coreana. Tuvo inquietudes artísticas desde muy joven y se graduó en Bellas Artes en la Rhode Island School of Design.
Su obra se compone principalmente de retratos y autorretratos con una técnica hiperrealista que contrasta con unas composiciones muy íntimas, casi surrealistas. Su obra tiene un enfoque muy introspectivo y explora con gran complejidad la identidad y las emociones. Ha realizado numerosas exposiciones en diferentes ciudades de EEUU y sus cuadros forman parte de colecciones prestigiosas como la del Museo de Bellas Artes de Los Ángeles.
La descubrí por redes sociales y me fascinaron sus autorretratos, el detalle de las formas y las escenas, en ocasiones perturbadoras. Me resulta bastante inquietante ver con un estilo tan hiperrealista algunos de sus personajes con texturas en el cuerpo de pelo o madera, y otras con una quietud casi celestial, como si estuvieran completamente en paz en ese mundo imaginario.
Como punto y continuará, quiero mencionar el trabajo de divulgación artística de la historiadora de arte y escritora Eugenia Tenenbaum. Difunde en redes contenido sobre arte desde una perspectiva de género e introduce también una mirada decolonial. Es muy rigurosa, cuenta las cosas de una forma muy cercana, tanto en vídeos como en sus libros. Recomiendo seguirla en redes, a ella y a las artistas que os he mencionado. Dadles «me gusta» y que el algoritmo os las ponga siempre entre las primeras cuentas y vuestra mente en los archivos recurrentes de vuestro cerebro.