José Mujica, ex presidente de la República de Uruguay durante el periodo 2010-2015, fallecido la pasada semana tras una larga batalla contra el cáncer, representa un símbolo no solo de la izquierda latinoamericana sino, más allá de la propia política, una manera de entender la vida decididamente opuesta al modelo de sociedad dado en las últimas décadas.
“El hombre moderno anda siempre apurado, porque si la economía no crece es una tragedia”. (*)
En otro tiempo, bajo el dominio soviético, las tribus nómadas de Mongolia fueron obligadas a vivir en ciudades. Tras la caída del régimen sus integrantes volvieron con sus yurtas y rebaños a la estepa. Y lo hicieron porque, sencillamente, así es como eran felices.
“Soy un paisano terco. No razono en términos económicos. Pero estoy peleado con la civilización en la que estoy viviendo” (*)
El caso de José Mujica, Pepe como gustaba, es casi un calco de ello. Guerrillero, lucho contra la dictadura por lo que paso 15 años encarcelado, en ocasiones, en condiciones dantescas. Tras su salida de la cárcel en 1985 con el retorno de la democracia acabo alcanzando la presidencia de la república en 2010, tras haber sido elegido diputado en 1989 y ocupar diferentes cargos en la administración.
“La política no es un pasatiempo, no es una profesión para vivir de ella, es una pasión con el sueño de intentar construir un futuro social mejor; a los que les gusta la plata, bien lejos de la política” (*)
Pero su vida mantuvo sus modos y maneras de siempre. Una vez presidente de Uruguay renunció a vivir en el palacio presidencial, siguió conduciendo su Escarabajo y dedicó la mayor parte de su salario a mitigar la pobreza de otros.
“Los políticos tenemos que vivir como vive la mayoría y no como vive la minoría”. (*)
Dio por finalizado su paso por la política en octubre de 2020 a los 85 años y se retiró definitivamente a su granja, junto a su esposa y compañera desde los tiempos de Tupamaros Lucía Topolansky, al cuidado de sus flores lo que no en vano había definido como su profesión.
“No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivo con lo justo para que las cosas no me roben la libertad”. (*)
No se trata de reverenciar en todas sus formas su modo de vida, basado en su conocida austeridad, pero sí su manera de entender la misma alejada por completo de un modelo consumista desbocado y reforzado por la corriente más desalmada del capitalismo a lo largo de los últimos 40 años.
“Si aspiráramos en esta humanidad a consumir como un americano promedio, son imprescindibles tres planetas para poder vivir”. (*)
Pepe Mujica representa la más absoluta antítesis de todas aquellas personas cegadas por la ingente acumulación de pertenencias, pese lo que pese, cueste lo que cueste; por un insistente culto a la personalidad o por su desmedida obsesión por el ascenso social.
“La economía sucia, el narcotráfico, la estafa, el fraude y la corrupción son plagas contemporáneas cobijadas por ese antivalor, ese que sostiene que somos más felices si nos enriquecemos sea como sea”. (*)
Es el mundo al que renunció Pepe Mujica pero que, lamentablemente, ha calado tan en buena parte de la humanidad que ha acabado poniendo en jaque a la misma.
“Prometemos una vida de derroche y despilfarro, que en el fondo constituye una cuenta regresiva contra la naturaleza y contra la humanidad como futuro”. (*)
(*)José Alberto Mujica Cordano (Montevideo, 20 de mayo de 1935-Montevideo, 13 de mayo de 2025)
A modo de homenaje, cerramos este artículo con el tema “Girasoles” de Rozalen, que incluye el fragmento de un discurso del propio Mujica.