El pasado día 9 de Diciembre se celebró en todo el mundo el Día Internacional Contra la Corrupción (día proclamado por las Naciones Unidas).

Con el fin de conmemorar el mencionado día, la organización alemana Transparencia Internacional (TI) dio a conocer como anualmente hace, el ranking de los países más corruptos del mundo.

Transparencia Internacional, es una referencia global en el análisis de la corrupción y, aseguran que los resultados de este informe «dibujan un escenario preocupante» y destacan que «más de dos tercios de los 177 países» estudiados suspende en transparencia».

La corrupción en el sector público sigue siendo «uno de los mayores desafíos a nivel mundial», según Transparencia Internacional, que considera que las áreas más problemáticas son «los partidos políticos, la policía y los sistemas judiciales».

Corruption Perceptions Index 2013

Sin embargo, este informe en vez de mostrar las mejoras en cuanto a la lucha contra la corrupción, no hace más que destapar el aumento de la misma.

Así pues, este año, España cuenta con 59 puntos, seis puntos menos que el año pasado (la segunda mayor caída del total del ranking del 2013, sólo por detrás de Siria).

Sin duda se trata de un dato muy preocupante y no me extrañaría nada que el año que viene siga por la misma senda.

Parece claro que a medida que las desigualdades sociales entre las clases más altas y las mas bajas aumentan, la corrupción toma una mayor importancia en la sociedad.

Si a esto le unimos la impunidad política y judicial, el país acaba convirtiéndose en una replica a paises como Somalia, Corea del Norte o Afganistán (percibidos como los países más corruptos del mundo)

Sin duda, viendo titulares como los siguientes es difícil dudar que la cosa pueda mejorar.

Matas pone en un brete a Rajoy al pedir el indulto para evitar la cárcel. (ELPAIS – 11/12/2013)

El abogado de Ortega Cano pide el indulto ante un «dislate procesal» (ELDIARIO – 13/12/2013)

Más indultos en EL INDULTO DEL DIA y EL BOE NUESTRO DE CADA DÍA

Cuando a los poderosos, ni sus abogados, ni los jueces pueden «salvarles el culo», acuden al compasivo gobierno en busca de un indulto que les permita seguir viviendo del erario público.

Con este funcionamiento, no se hace más que fomentar la corrupción, el clientelismo y el fraude.