Cuando llegan estas fechas parece que nuestras carteras y bolsillos arden y solo podremos calmar el aparente incendio vaciándolos de contenido. Vamos, gastando a troche y moche, que no son primos de trancas y barrancas. Y así empezamos a pasear por avenidas, calles de mercadillos y pasillos de galerías comerciales, con la mano siempre dispuesta a soltar los billetes, las monedas o el plástico sin aparente valor.
Y a esto del valor quería llegar yo. Porque una cosa es el valor de las cosas y otra su precio, no digamos ya su justo precio, que no está escrito en ninguna tablilla. Y sobre valor y precio nos advirtió nuestro literato, querido y admirado como pocos, Antonio Machado,
Todo necio confunde valor y precio
Proverbios y cantares LXVIII
Tomen nota para no cometer el error del que nos advierte el sabio poeta, pero no solo en navidades, sino en cualquier momento de la vida. El precio lo marca, en teoría, el mercado y es el resultado del acuerdo entre partes libres y que actúan de forma independiente y cuentan con toda la información necesaria. Ya ven que el precio de la electricidad, por poner un ejemplo cualquiera, no es tal, es otra cosa, pero no es precio.
Y estas fechas son el preludio de la navidad. Ya saben que en España empieza después de celebrados los acontecimientos iniciáticos del día de la salud, que como todo el mundo sabe es el día del sorteo de la lotería, llamado el gordo de navidad; por aquello de que los desafortunados se desean, nos deseamos, salud. Pues bien, al llegar estas fechas y desde hace años suelo mandar un correo electrónico de felicitación a amigos, clientes, familiares y conocidos. Este año incluyo a los lectores de AmaneceMetrópolis, pero como no sé el correo de todos, les dejo aquí mi felicitación, en gran primicia mundial,
Hace 7 años empecé escribiendo una línea y año a año he ido aumentando el número de ellas. No podemos seguir por este camino, esto debe ser una felicitación y no un discurso. Para hacer discursos ya está el blog, al que, por cierto, debes de entrar más a menudo a leer mis artículos, pues algunos son muy buenos y simpáticos. Esta felicitación formará parte de ellos.
Perdón por la propaganda, volvamos a la felicitación. Este que nos deja ha sido un año de sorpresas, ya casi tengo más amigos que son abuelos que los que no lo son, brindo por ellos. Los hijos de mis amigos encuentran trabajo o estudian con interés y, en general, están demostrando tener genio interior, también brindo por ellos. Y siento cierta pena porque se acabe este año pues desde hace mucho, pero mucho tiempo, es el primero en que nadie de mi entorno cercano se distrae por los caminos de la ausencia.
Así que, con alegrías y sorpresas de todo tipo, te deseo Feliz Navidad. Y seguro que 2015 va a ser apasionante, incluso por el cambio de partitura de la murga de los impertinentes que, ellos a lo suyo, siguen armando bulla.
Les dejo una versión plácida y delicada de un clásico.
salud a tod@s