Esa isla bañada por el atlántico norte, Islandia, cuyos habitantes habían resultado ser los más felices del mundo durante los primeros años del siglo XXI, con la llegada de la crisis se toparon con la quiebra de los bancos que poblaban la región y con la consiguiente situación económica y política nada idílica.
Llegados a este punto, en el que varios países y bancos quiebran por las malas acciones de los diversos bancos y acentuadas por las de los políticos, dos opciones son las que se pudieron elegir. Dejar que los bancos quebraran y pagaran por sus errores o que los ciudadanos asumieran los fallos y fraudulentas acciones de los bancos privilegiados para que estos continúen siéndolo. Ante estas dos opciones, Islandia es de los pocos países o el único que eligió la primera opción. Y no lo eligió el gobernante de turno, sino que fue el pueblo el que obligó a que así fuera.
Para saber más de la crisis e Islandia, recomiendo la película/documental Inside Job. También, en el siguiente podcast, «Carne cruda – Islandia: un caso silenciado«, se puede escuchar más sobre el tema, contado de buena mano y con objetividad. Como resumen, las consecuencias que este año sufrirá Islandia por haber estado del lado de los ciudadanos y no de los bancos son:
- El estado de Islandia y las previsiones dicen que este año su economía crecerá un 2,4%
- Un consumo privado tirando al 3%
- Compensación de la caída de la inversión con medidas de austeridad pero, siempre protegiendo el estado de bienestar
- Ha reducido su sistema bancario, que suponía un temible 900% del PIB antes de la crisis y que se cuenta por el 200%
Sale a cuenta buscar lo mejor para el grueso de los habitantes de un país, ¿no? Otros países como sucede en la UE, caminan bajo recesión y unas medidas de austeridad que destruyen y destruirán en gran medida el estado de bienestar alcanzado años atrás, atentando contra la educación, la sanidad e I+D. Esas son las diferencias entre las dos opciones, que los ciudadanos importen o no. Que los perjudicados sean los ciudadanos con menor nivel de renta o no.