En un trabajo periodístico «Desigualdad económica: ¿qué hay de nuevo?» para El País (2 de junio de 2019), Moisés Naím señala que, no hacía mucho, el fundador de Bridgewater, uno de los fondos de inversión más grandes del mundo, Ray Dalio, dijo: «Soy capitalista y hasta yo digo que el capitalismo está roto. Si el capitalismo no evoluciona, va a desaparecer». Según la revista Forbes, Dalio ocupa el puesto número 60 en la lista de las personas más ricas del planeta.
Por otra parte, también según Moisés Naím, Jamie Dimon, jefe del gigantesco banco JPMorgan Chase, cuyo sueldo el año pasado fue de 30 millones de dólares, también anda preocupado por la salud del capitalismo. «Gracias al capitalismo, millones de personas han salido de la pobreza, pero eso no quiere decir que el capitalismo no tiene defectos, que no esté dejando mucha gente atrás o que no debe ser mejorado».
¿Cómo es que los multimillonarios, cuyos intereses están muy unidos al capitalismo, lo estén criticando de esa manera?
Naím indica que «en el mundo académico hay las mismas preocupaciones» y señala a Paul Collier, importante economista, profesor de la Universidad de Oxford, que ha publicado recientemente (año 2018) un libro, El futuro del capitalismo, en el que advierte que «el capitalismo moderno tiene el potencial de elevarnos a todos a un nivel de prosperidad sin precedentes, pero actualmente está en bancarrota moral y va encaminado hacia una tragedia».
Unos veinte días después de que Moisés Naím informara de la preocupación de algunos multimillonarios por la salud del capitalismo, en El País (19 de mayo de 2019) apareció una noticia, «Los millonarios galácticos», en la que se mencionaba el interés de algunos multimillonarios por los viajes a la Luna y a Marte.
En esa noticia se indicaba: «La NASA cuenta para lograr su objetivo con las compañías privadas, menos sujetas a los vaivenes que han lastrado la carrera espacial pública, de una Administración a otra, en las últimas décadas».
Pero, según la noticia, las compañías privadas no se limitan a una aportación en dinero. Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, fundador de Amazon, ha creado una empresa espacial a la que ha llamado Blue Origin. En su página web, se indica que la «visión de Blue es un futuro en el que millones de personas viven y trabajan en el espacio. Para preservar la Tierra, nuestro hogar, para los nietos de nuestros nietos, debemos ir al espacio para aprovechar sus recursos y energía ilimitados. Si podemos reducir el coste de acceso al espacio con vehículos de lanzamiento reutilizables, todos podemos disfrutar de un futuro dinámico para la humanidad». En El País, se muestra una fotografía de Jeff Bezos mostrando su módulo lunar Blue Moon.
No se trata solo del fundador de Amazon. En la misma noticia se menciona a otro multimillonario, Elon Musk, jefe de Tesla, una compañía estadounidense que diseña, fabrica y vende coches eléctricos, componentes para la propulsión de vehículos eléctricos y baterías domésticas a gran escala, y SpaceX, una empresa de transporte aeroespacial, fundada en 2002 por Elon Musk. SpaceX ha desarrollado varios cohetes, Falcon, con la meta de ser vehículos de lanzamiento espacial reutilizables; también ha desarrollado una nave espacial, Dragon; y, he entendido que, en estos momentos, se encuentra desarrollando una nave que piensa usar para enviar colonias de humanos en futuras misiones a Marte. Elon Musk, en una conferencia de la Real Sociedad Aeronáutica en Londres, indicó su intención de establecer la primera ciudad humana en Marte.
Tres días antes, el 16 de mayo, se había publicado en el mismo periódico una noticia titulada «Arranca el plan de Elon Musk de conectar al mundo a Internet por satélites», se había indicado que el SpaceX planeaba lanzar una serie de satélites para comenzar «el despliegue de una ambiciosa constelación que ofrezca conexión de banda ancha en todo el mundo».
En la misma noticia se señalaba: «OneWeb, el principal competidor de SpaceX, cerró una ronda de inversión de 1.250 millones de dólares para la producción en masa de satélites tras lanzar y desplegar satisfactoriamente los primeros en febrero. Por su parte Jeff Bezos también será protagonista de esta ambiciosa carrera espacial al anunciar en Madrid su proyecto de desplegar más de 3.000 satélites que ofrezca acceso de banda ancha al 95% de la zona habitable de la Tierra».
En ese mismo periódico se indicaba: «Esta aventura espacial podrá convertirse en una gran fuente de ingresos para que Musk acelere su plan de convertirnos en una especie multiplanetaria».
¿Qué pensar de todos esos proyectos? ¿Será que nuestros multimillonarios pretenden huir de un capitalismo que, según ellos, se está «rompiendo»? Desde mi punto de vista, lo que están demostrando es que carecen de la más mínima empatía, característica del ser humano. Antes de gastar tanto dinero en intentar trasladarse a otro planeta, no se les ha pasado por la cabeza contribuir, aunque sea mínimamente, a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para toda la humanidad, para que todos –incluidos los que no tienen dinero para ir a Marte- sus nietos y los nietos de sus nietos puedan seguir viviendo en el planeta Tierra.
Fuente: píldoras-para-pensar.blogspot.com, 7 y 10 de este mes.