Connie Marchante Sáez (1983) se dedica a la enseñanza y a escribir historias. Nacida en Yecla (Murcia) y residente en el pueblo alicantino de Sax en la actualidad, es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Alicante, tiene un Máster en Estudios Literarios y realizó sus estudios de Doctorado, gracias a los cuales obtuvo el Certificado de Tercer Ciclo de Estudios Universitarios y el Diploma de Estudios Avanzados con la presentación del proyecto de investigación La autobiografía en Frida Kahlo y los muralistas mexicanos. Ejerce de profesora interina de Lengua castellana y literatura en institutos de educación secundaria.
El arte para Connie es…
Algo que nace de la necesidad de expresar algo sublime o algo grotesco, algo excepcional o simplemente lo que ocurre cada día al despertarnos: el olor del café recién hecho, la inesperada fractura de nuestra felicidad o del dolor, la rutina… la vida. Connie considera que no todos poseen el don de producirlo, transmitirlo o tan siquiera comprenderlo. “Si no existe una puerta que, más allá de la palabra o de la imagen, te lleve a otro lado, no existirá el Arte. La obra, sea cual fuere, ha de contarte siempre algo más, ha de conectar con tu individualidad a través de esa magia que hace que cualquier ser humano pueda encontrarte, tener algo en común contigo. El impacto en los sentidos debe conllevar otro más profundo; uno racional, emocional. Adoro la ópera, entre otras cosas, porque es capaz de aunar varios artes en una sola representación escénica. El Arte, como si lo que hubiera dicho no fuera bastante difícil de conseguir, lo es porque requiere de estudio, preparación, voluntad, trabajo, disciplina, perseverancia y entrega. Un amor absoluto y vocación plena hacia él. Y, digan lo que digan –y ahora es cuando prendo la mecha de la polémica- no todo lo que se vende y compra como tal es Arte, ni todos los que destacan, gracias en parte a los medios, son verdaderos artistas”.
Connie presenta
LA FELICIDAD
«Pide un deseo». Dijo el genio de la lámpara al apuesto muchacho, que quedó en pensativo silencio.
«Pero sólo tienes uno y no habrá marcha atrás, así que asegúrate bien de lo que quieres».
El joven, sin embargo, parecía seguro de su petición. Había estado soñando con tan gran oportunidad toda su vida y había meditado largamente cuál habría de ser su mayor deseo.
«Yo anhelo ser feliz por siempre». Dijo enérgica y claramente. Y fue justo entonces cuando el genio cumplió con lo formulado.
Convirtió al muchacho en un hombre terriblemente conformista, insensible y estúpido.
Una muestra de sus microrrelatos.
“Desde hace unos años estoy plenamente entregada al género del microrrelato. Quisiera aclarar, llegados a este punto, que yo no me considero –ni mucho menos– una artista de ningún tipo, sino una mera aprendiz de ese enigma que entrañan las palabras. La microescritura representa para mí el cerrojo de una puerta infranqueable. Nosotros, los lectores, sólo podemos mirar a través de ese cerrojo y así conocer –o mejor dicho, interpretar– el mundo, la historia, que se esconde al otro lado”.
LA HISTORIA DE LA MUJER-LUCIÉRNAGA
Érase una vez una niña-libélula que tenía miedo a la oscuri¬dad. Utilizaba los días para huir volando de las noches, siempre en dirección a cualquier otro lugar. Un atardecer en que las som¬bras ya le alcanzaban, llegó un hada blanca y le dio luz propia.
La mujer-luciérnaga siguió volando, pese a todo, porque se había acostumbrado a no estar.
EL MONSTRUO DEL ARMARIO
Se tapó con la sábana hasta los ojos y se dio la vuelta, intentando recordar las palabras de mamá: “Cariño, no hay que tener miedo de las cosas que no existen”.
Pero desde hacía diez minutos que podía escucharlo, tan claramente que no había dudas. Allí estaba, al otro lado de la puerta. Sólo esperaba que si cerraba muy fuerte los ojos y respiraba flojito no apareciera el terrible niño que vivía fuera del armario.
Fuentes de inspiración
Las aventuras de Sherlock Holmes que ya devoraba de pequeña o los terroríficos cuentos de Edgar Allan Poe, que a día de hoy aún le fascinan han sido y son fuentes de inspiración para Connie. También lo son Augusto Monterroso, Ramón Gómez de la Serna y grandes escritores hispanoamericanos como Horacio Quiroga, Juan Rulfo, Ernesto Sábato o Jorge Luis Borges. “A través de mis primeras escrituras, donde el relato cada vez necesitaba menos palabras para mostrar su universo, me he visto inmersa en un torrente de creación que considero lleno de oportunidades, donde antiguos y nuevos significados están aún por codificar y descifrar; todo ello bajo el prisma de una modernidad que ya amenaza con ser post-moderna”.
PREMONICIÓN
El grito ahogado le despertó, sobresaltado. Palpó el interruptor que devolvió una luz amarillenta.
—¿Qué ocurre?
—He tenido una pesadilla… —sollozaba ella como una niña pequeña e indefensa—. Una horrible…
—¡Menudo grito! Me has asustado…
—Ha sido uno de esos sueños que parece tan real que…
Ella se echó a llorar desconsoladamente y, mientras temblaba, él la abrazó tiernamente, como queriendo demostrarle que no había nada más allá de esas cuatro paredes, que fuera lo que hubiese soñado, ya no existía.
—Cariño… ¿quieres contármelo?
—He soñado que… no te lo vas a creer… he soñado que me arrancaban el corazón… que alguien me lo quitaba y se lo lleva¬ba… se quedaba con él… y yo me quedaba ahí, ahí…
—No llores, ya pasó… Eso no tiene sentido. ¿Cómo van a arrancarte el corazón? Es imposible… y ¿dónde te quedabas?
—Pues ahí. A tu lado.
En cuanto a música, considera que tiene gustos musicales diversos y que prefiere un orden aleatorio de canciones e intérpretes de cualquier época y tendencia. “Hace algún tiempo que no escucho el disco completo de un solo grupo o cantante. Me gustan sobre todo el pop, el rock and roll y la nueva tendencia Indie. En español o en inglés. No me atrevo a afirmar que soy “moderna” en mis gustos. Iván Ferreiro, por ejemplo, no sólo me ha inspirado, sino que me ha comprendido sin tener que conocerme, únicamente a través de sus letras. Ha habido alguna ocasión en la que, escuchando una canción de Enrique Bunbury, he tenido que correr al cuaderno con una historia en la punta de mis dedos; en otra ocasión, disfruté de la banda sonora de la película Frida para escribir uno de mis relatos históricos, con la artista mexicana como uno de los personajes clave”.
Pero si tuviera que destacar una sola canción, no porque sea la única que contribuye en sus procesos creativos, sino porque es de las pocas melodías que siempre están ahí y no se cansa nunca de ella, esa sería Wicked Game, de Chris Isaak.
Le hemos preguntado a Connie a quién admira dentro del mundo de la literatura y afirma que admira a muchas personas.
“Algunos son ya semi-dioses, los internacionales, los “seres únicos”, algunos ya desaparecidos” como su “veneradísimo” Mario Benedetti. Otros, Elena Poniatowska, Gabriel García Márquez, Rosa Montero, Daniel Glattauer, Mathias Malzieu, Haruki Murakami…. Cuenta con la fortuna, además, de ser amiga o discípula de alguno de estos maravillosos autores; entre ellos están Guillermo Carnero, Ángel Luis Prieto de Paula, Agustín Pérez Leal, Luis Bagué, Joaquín Juan Penalva, Joaquín Piqueras, Vicente Llorente, Carmen Juan Romero, Francisco Sarabia Marchirán, Javier García del Olmo o Eduardo Boix, entre muchos, muchos más.
Proyectos de futuro
Hasta el momento, sus publicaciones están repartidas en antologías de varios autores o en revistas literarias especializadas (Tiempo y Escritura, de la Universidad Autónoma Metropolitana de México o Ex Libris, de la Diputación de Alicante). Terminó el año con La historia de la mujer-luciérnaga y otros traumas, pequeña antología de microescrituras (relatos y poemas) a la espera de editor. También va a publicar próximamente algunos de sus relatos y microrrelatos seleccionados en concursos literarios, con distintas editoriales.
En estos momentos, se encuentra escribiendo una colección de nuevos microrrelatos y cuentos, los cuales espera que conformen una interesante antología que todavía no tiene título.
Además, le hemos preguntado si se imagina dedicándose a la literatura de aquí a 10 años y nos ha respondido que desea estar haciendo lo que está haciendo ahora mismo, con la diferencia de conseguir, al menos, alguna publicación individual. “No pienso ni por un momento abandonar la docencia, al igual que no me imagino sin una historia entre los dedos. Imagino mi camino literario como arduo, sé que requerirá mucha dedicación y que estará lleno de escollos. Dentro de diez años espero haber aprendido a convivir con el fracaso, que me ha de acompañar en muchas ocasiones, sin duda, y a disfrutar de los pequeños éxitos como si fueran inmensos. Me siento preparada para luchar por ello”.
I ♥ Alicante
Connie confiesa que ha disfrutado de distintos lugares de Alicante a lo largo de su vida, según el momento.
Como estudiante, adoraba recorrer las calles principales, caminar entre la gente, perderse en las tiendas que no se encontraban en su ciudad, acudir a la librería 80 Mundos y asistir a sus recitales poéticos, a los que aún acude siempre que sus horarios se lo permiten.
Ahora lleva una vida más tranquila y sus visitas a Alicante suelen ser por dos motivos: una obra de teatro o concierto en el Teatro Principal o ver a los amigos. “Destaco a Carmen Juan Romero, a quien conocí como mi estudiante en la asignatura de Literatura española de la carrera de Humanidades y que ahora visito siempre que puedo, como mi gran amiga”.