
Protocolo contra la locura
El hada debió de entrar por la ventana. No paraba de revolotear por encima del periódico para que le hiciera caso. Siguiendo el protocolo, intenté evitar cualquier contacto con ella. Como estaba poniéndome nervioso, cogí un cigarrillo. Inmediatamente el dragón que dormitaba en el sofá me ofreció fuego. Le di las gracias y me fui…