
Entrada de clausura
No amanece sino que, anochece, para 2010. Sí, ese año tan curioso que en contadas horas se despide. Hace unos cuantos años, cuando el cassette perdía fuerza y el Discman empezaba a convertirse en el He-Man del universo tecnológico (ese tigre sí que araña), corrí la San Silvestre Eldense. Y no lo he vuelto a…